viernes, 26 de julio de 2013

Gratitud.

Siempre he dicho que la gente agradecida cabe en cualquier lado, son personas en las que se puede confiar, leales y con positivismo (quién no desea alguien así a su lado), esto lo comento porque el día de ayer (en la noche) tuve la fortuna de que me buscara un ex-alumno sólo para agradecerme el aprendizaje que obtuvo a partir de que "me cruce en su camino". Por cierto recuerdo también que hace un mes me encontré a otro y me sucedió lo mismo.

NO me hablaron de ningún concepto de memoria, es decir no se si recuerden las materias que les impartí, pero recordaron lo estricto que soy con el horario; cómo se preparaban para mis trabajos pues sabían que de cualquier cosa podía hacer una pregunta y "valerme de un error", para otorgarles una mala nota.

No escribo esto para presumir de mi persona, sino mas bien para que todos los que nos dedicamos a esta noble labor de la docencia entendamos que nuestros pupilos están ávidos de que compartamos con ellos mas que copias, libros, películas o ejercicios (que obvio son importantes), cosas que los preparen para un mundo real en que sólo triunfan los que tiene la capacidad de tomar decisiones, que son líderes, que tienen disciplina y compromiso; cuestiones que no se aprenden con una lectura, sino a través de generar en ellos un hábito y motivarlos para que entiendan que todo en la vida cuesta y bastante.

Ambos me dijeron (cada uno por separado y en tiempos distintos), que mucho de lo que son me lo deben a mi (creo que mas bien a su ímpetu y tenacidad), que les brindé la confianza cuando todo mundo los tachó de "malos estudiantes", y que los hice ver que si sentaban a llorar y a lamentarse de que nadie les diera la oportunidad de reivindicarse, podrían esperar a que la vida se les terminara y nunca iban a lograr su propósitos.

Lo estimulante para mi fue el hecho de que no sólo fueron palabras el agradecimiento (por parte de los dos) estuvo acompañado por sus respectivos whiskys, mismo que ellos me invitaron en señal del aprecio que hoy sienten por mi (aunque en su momento me aborrecían con el alma, jajaja), así que si de esta manera la vida me va a recompensar el tiempo invertido en cada una de las personas con las que he podido compartir en las aulas, pues bienvenidos sean esos reconocimientos (no porque me guste la bebida, jajaja) y mi compromiso es seguir en la lucha por tratar de hacer mejores ciudadanos.

QUE ORGULLO VERLES Y SABER QUE SON HOMBRES DE BIEN Y CON GANAS DE HACER DE VIDA UN RETO QUE MAS TARDE LES TRAERA LOS MEJORES FRUTOS... ¡FELICIDADES!

1 comentario:

  1. yo hace mas de diez años fui maestro de secundaria, a partir de hoy todos los días abriré mi puerta esperando encontrarme una botella de Jack Daniels para mi solito.

    y eso estaría muy xhido por que últimamente solo encuentro muñequitos profesorcitos de vudú ensartados como con 1000 alfileres?

    º__º

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